jueves, 5 de diciembre de 2013

Piracá y el origen del maíz.


 Colombia

Hace muchos años, los chibchas padecieron una gran miseria. Piracá, un padre de familia preocupado por los suyos, decidió hacer trueque con sus últimas mantas por oro en bruto para moldearlo en forma de dioses y luego venderlos. A la mañana siguiente fue al mercado y consiguió el oro en forma de lagrimitas, pero camino de su casa cayó en un enorme bache del camino. Un pájaro bajó y le arrebató la bolsa donde lo llevaba, y en su vuelo de huida algunas lágrimas se le cayeron. Piracá se incorporó para recogerlas y apareció Bochica, quien le pidió que no lo cogiera, sino que las enterrara porque al regresar al lugar, pasados quince días, iba a encontrar una sorpresa.
A los quince días, en el lugar en que Bochica le recomendó sembrar los granos de oro, Piracá encontró abundantes y hermosas plantas que no conocía. De ellas colgaban gruesos granos del color del oro, era el maíz. Desde ese momento, la familia de Piracá y muchas familias más cultivaron el maíz, por lo que el hambre desapareció para siempre de este poblado chibcha.[1]




[1] Diccionario de mitología: dioses, héroes, mitos y leyendas, Marisa Belmonte; Margarita Burgueño, Bibsa, 2003.



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