La
religiosidad andina se percibe dentro de tres conceptos: espiritualista, animista
con algo de naturalismo. Para entenderlos desde la cosmovisión es pertinente
definir al espiritualismo como un sistema
de creencias religiosas andinas inherente al mundo material, es decir natural en
sí, esto incluye también a la propia naturaleza. En esta definición cabe el
culto a los espíritus que habitan en las montañas y la tierra cuya existencia
es independiente de sus hábitats materiales.
La
cosmovisión andina como llena de "algo de naturalismo", es decir,
como reconocedora de que la realidad natural posee cierta relevancia. Y finalmente
el animismo como la concepción de que "todo está animado y vivificado”, es
decir que todo lo que habita en la naturaleza está animado, por esta razón se
explican los fenómenos naturales como acciones de estos seres divinos.
Así pues la divinidad es consecuencia
de un proceso de personificación, mediante el cual se asigna a los seres de la naturaleza cualidades y
capacidades del hombre como son: "…pasiones
humanas, naturaleza humana, modeladas según las almas humanas; su sentimiento y
su simpatía,
su carácter y sus hábitos, su voluntad y sus acciones, incluso su materia y su
forma… "
Etimológicamente
la palabra Apu proviene del quechua apu, 'señor(a). Para los Incas es una
divinidad o Dios sagrado que puede estar en lugares como una montaña, una
laguna o un nevado.
Apu es el espíritu de la montaña,
de donde descendieron los ancianos y donde habitan los antepasados. Desde
la antiguedad, los andinos se reconocen como descendientes de los Apus y vinculaban sus paqarinas (lugares míticos de origen)
a estas deidades. Todo accidente geográfico tiene su historia y su
nombre e incluso hay los que se muestran con rostros. Tienen
un significado asociado a una divinidad, de acuerdo con la tradición de la zona
andina tutelaban a los habitantes de los valles que eran regados por aguas
provenientes de sus cumbres. Teniendo así el poder para controlar los
ciclos del agua, determinando el futuro de las sociedades agrícolas. En la
actualidad, los mitos sobre dioses-montaña siguen expresando
pautas ordenadoras de la vida cotidiana en los Andes.
Pichincha bordeando la ciudad de Quito |
El vocablo Apu es
usado para designar a los espíritus que habitan en los cerros que bordean las comunidades
andinas actuales. Estos apus formaban parte de un sistema religioso que
concebía el espacio como un campo sagrado limitado por wakas-hitos. En el
pasado, las wakas permitían
dividir los sistemas de irrigación en secciones, determinadas por puntos
críticos conectados con la autoridad central a través de los seqes. Estas wakas albergaban santuarios regionales, y controlaban diversos
recursos animales.
Los Apus junto con la
Pachamama sirven para explicar el sentido del mundo y la existencia humana, así
como el orden general de las sociedades andinas. Los mitos sobre un Apu
necesariamente hacen un llamamiento a otras deidades tutelares con las cuales
guarda relaciones de mutua explicación en el complejo sistema religioso. Los lugares
donde habitan los Apus no son meros accidentes geográficos, son lugares sagrados
que las comunidades indígenas respetan y velan por su conservación y
permanencia en la memoria colectiva de sus pueblos. Dependiendo del lugar los
Apus también son llamados achachilas, wamanis o jirkas.
Los Apus son
considerados los ángeles de la
naturaleza en la cosmovisión religiosa Andina. Son los espíritus de las
montañas y viven físicamente en ellas, son encargados de Dios para proteger a
los seres humanos, son pastores de los hombres, intermediarios entre el Hanan
Pacha (mundo de los dioses) y el Kay Pacha (mundo terrenal). Ellos protegen
individualmente a cada ser, pero también lo hacen con un pueblo, una ciudad
toda una nación o toda la Tierra.
Entre ellos hay
jerarquías:
- Apu familiar se llama "Nuna Mitseq"
- Apu de un ayllu se llama "Ayllu Apu”
- Apu de una ciudad se dice "LLacta Apu"
- de un suyo "Suyuyoc Apu"
- el Apu de los 4 Suyos, o las 4 partes del mundo, se llama “ROAL”.
Los Apus también tienen
su versión femenina, estas son llamadas Ñustas, espíritus femeninos que cuidan
de los animales y las plantas. Viven también en los cerros, cuando se las
invoca aparecen de la tierra mientras los Apus masculinos del cielo. Para Núñez
del Prado existe una "estrecha correlación entre la elevación de las
montañas y la jerarquía de los espíritus que la habitan".
Testimonios de
la época de la Real Audiencia denotan los sexos de algunos Apus: “En la
audiencia de Quito, en San Andrés de Xunsci contaban los naturales que el
Chimborazo era varón y el Tungurawa hembra; ambos se comunicaban y visitaban
mutuamente”.
Tungurahua (Hembra) |
Chimborazo (Macho) |
En la tradición
se considera que los Apus son capaces de desplazarse de sus moradas naturales,
para presidir ceremonias rituales destinadas a propiciar su protección, y
también se los invoca para que acudan a curar enfermos que han sido desahuciados
por la medicina occidental. Dan cuenta de esto testimonios recogidos por
Gutmann en Pomacanchi de una ceremonia
realizada para llamar al Apu Ausangate, el protector de la ciudad de Cusco. También
la vivencia de Elizabeth Jenkins, psicóloga norteamericana, mientras vivía en
el Cusco y se iniciaba en el camino de la sabiduría andina. Los hombres se
sirven de la t’inka y los “pagos” (ofrendas) para propiciar buenas
relaciones con ellos, a su vez, el Apu
requería de un “servicio” o atención ritual para cumplir con sus
pedidos.
Mesa o altar |
Despacho u ofrenda tradicional |
Desde varias
décadas atrás se han asignado varios atributos a estas divinidades andinas, son
considerados como dueños de riquezas, poseedores de yacimientos de metales
preciosos, capaces de controlar el rayo, el granizo, la helada, y de fecundar
la tierra, favorecedores de la multiplicación del ganado, sedes de oráculos que
podían pronunciarse sobre lo pasado y lo venidero, ligados a los ancestros y a
los lugares de origen.
La ciudad de Quito también tiene varias elevaciones que bendicen a su población, la principal es el Pichincha, a sus faldas se asienta la ciudad y desde tiempos preincaicos fue el lugar donde habitaron las culturas ancestrales. También la rodean Cruz Loma, Itchimbia, San Juan y el Cerro Monjas. Lastimosamente sobre los mitos de estos Apus no hay información suficiente para ser publicada en este blog. Con respecto a dos Apus poderosos se conoce son pareja, incluso se habla de ellos en una crónica que se cita más arriba, se trata del Taita Cotopaxi y la Mama Tungurahua del que se dice su hijo es el Guagua Pichincha.
Itchimbía |
Cruz Loma |
Barrio San Juan |
Guagua Pichincha |
Fuentes:
- Elizabeth Jenkins: Iniciación en el corazón de los Andes
- http://biblioteca.universia.net/html_bura/ficha/params/title/apus-cuatro-construccion-mundo-ciclos-mitologicos-deidades-monta%C3%B1a/id/34694988.html
- http://es.wikipedia.org/wiki/Apu_%28divinidad%29
- http://iglesianativa.galeon.com/cvitae1946151.html
- http://www.ugr.es/~pwlac/G27_13Daniela-di-Salvia.html
- Entrada realizada por: Soledad Morales, Cuarto "B" Facso
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