sábado, 5 de mayo de 2012

ARQUETIPOS, SEGUN CARL JUNG

Carl Jung (Suiza, 1875, 1961)

Médico psiquiatra, psicólogo y ensayista, fundador de la escuela de psicología analítica.
Su abordaje teórico y clínico enfatizó la conexión funcional entre la estructura de la psique y la de sus productos, es decir, sus manifestaciones culturales. Esto le impulsó a incorporar en su metodología nociones procedentes de la antropología, la alquimia, los sueños, el arte, la mitología, la religión y la filosofía.
Freud consideró a Jung como el príncipe de la corona del psicoanálisis y su mano derecha.
La Primera Guerra Mundial fue un periodo especialmente doloroso de auto-exámen para Jung. Sin embargo, era solo el principio de una de las teorías de la personalidad más interesantes que el mundo haya visto.
Después de la guerra, Jung viajó mucho; desde tribus de Africa hasta poblaciones de América y la India. Se jubiló en 1946, retrayéndose de la vida pública a partir de este momento hasta la muerte de su esposa en 1955. Murió el 6 de junio de 1961 en Zurich. 

LOS ARQUETIPOS Y EL INCONSIENTE COLECTIVO.-

Jung distinguel el "inconsiente personal" del "colectio". y define como "inconsiente colectivo"como una forma de estructura psiquica de la cual comparten "todos". A partir de él, se establece una influencia sobre todas nuestras experiencias y comportamientos, especialmente los emocionales; pero solo le conocemos indirectamente, viendo estas influencias. 
Es como una herencia de la experiencia como especie humana, y contiene las llamadas "imágenes primordiales".Las imágenes primordiales son los "arquetipos”. para Jung son formas o imágenes de naturaleza colectiva. Los arquetipos son los patrones fundamentales de la formación de símbolos que se repiten en los contenidos de las mitologías de todos los pueblos de la historia de la humanidad. Es decir, que las formas culturales, modos de actuar y de pensar dependen de estos arquetipos

No se puede representar un arquetipo, pues es parte del incosiente, sin embargo, se pueden indentificar por ejemplo, en los mitos, religiones, leyendas que son construcciones historicas individuales y colectivas.

Simbolo.- En este sentido se puede entender al simbolo como una consecuencia de un determinado arquetipo. Como una representacion, un imagen que define lo maniesto y lo oculto. Asi, éste se expresa tanto en la forma grafica o estetica como en las fantasias, sueños o visiones.

La "función de los símbolos es unir a través de sus imágenes la vida consciente e inconsciente del individuo, a modo de integración"

En definitiva, un arquetipo es una imagen simbólica que los individuos, los pueblos y las culturas comparten aunque no se conozcan.
A continuacion expongo un video en el cual se explica de manera didáctica al respecto de los arquetipos.


Fuentes y link de interes:

EL PEQUEÑO BUDA


Dirección: Bernardo Bertolucci
Protagonistas: keanu Reeves, Ying Ruocheng, Chris Isaak
Reino Unido, 1993 
Género: Drama
Duración 135 min.

Bernardo Bertolucci (nacido en Parma, Italia, 16 de marzo de 1941) es un director de cine italiano. Su película El último emperador (The Last Emperor) ganó nueve premios Óscar en 1988. También dirigió Novecento y El último tango en París.

Sinopsis:

El argumento de la película trata cómo un monje Tibetano de nombre Lama Norbu y muchos de sus discípulos, buscan la rencarnación de un Lama que murió en Seattle ya hace ocho años.
En Seattle creen haber encontrado su rencarnación en un niño rubio llamado Jesse. El monje Lama Norbu  tiene un sueño en el que se le aparecía un lugar muy hermoso, en el que había una colina y en donde estaba el Lama Dorgi. Cuando llega a la casa del niño, descubre que su casa estaba situada en la colina del mismo sueño.
La familia del niño rubio no cree que su hijo pueda ser la rencarnación del Lama Dorgi. El Lama Norbu, le regala a Jesse el libro de Buda, en el que aparecen varias escenas que cuentan su vida. Cuando un socio del padre de Jesse muere, éste se ve muy afectado y empieza a cambiar de opinión sobre el budismo. Los monjes le dicen a la familia que tienen que ir a Nepal porque hay más candidatos para ser el Lama Dorgi, entonces el padre de Jesse cambia de idea y decide ir a Nepal. 

a continuación pueden ver la pelicual online:




Fuentes:
  • wikipedia.com
  • http://www.iesoa.pangea.org/article.php?id_article=554

sábado, 4 de febrero de 2012

CAPAC ÑAN


El Camino del Inca, sinónimo de grandeza del imperio, es la obra que unificó a los pueblos de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina. Una reseña de la obra. 





¿“LO INDIGENA” ES UNA IDENTIDAD CULTURAL O UNA IMPOSTURA COLONIAL?

 Por: Aureliano Turpo*
La Paz, 16 de Enero del 2012.

Desde hace un buen tiempo atrás, distintos medios de comunicación nacional e internacional se han venido ocupando del gobierno indígena de Bolivia, sobre todo, intelectuales mestizos de la “clase media pequeño burgués”, vienen recreado la temática indigenista a partir de la “Declaración de los Derechos Indígenas de la ONU”, con muy poca reflexión por los intelectuales kechuas, aymara o amazonenses de la hoy mal llamada América del Sur. Recientemente en el dominical de Página 7 del  8/Enero/012: Ideas Política y artes, ha consagrado una interrogante “¿Qué  significa identificarse  indígena en el país”…La condición indígena en Bolivia, un debate que no tiene fin.  En este mismo periódico, el 15 del presente mes, aparece otro comentario referido a la “hispanidad latinoamericana”, que presumiblemente de esta manera se inicia el renacimiento del espíritu de reconquista del “íbero-mestizo sudamericano”, que en próxima nota abordaremos el tema.
Considero que es importante hacer una breve mirada retrospectiva de nuestro proceso civilizatorio tiwanakota y tawantinsuyano, para alumbrar las equivocaciones imprimidas por los colonizadores del siglo XVI y sus herederos  criollo-mestizos republicanos. A la luz de los hechos etnohistóricos de hoy, se constata, que en territorio tawantinsuyano no hubo imperios, propiedad privada, ni clases sociales, que son el sustento teórico de muchos intelectuales de la derecha y la izquierda para descalificar los saberes y conocimientos de los hombres y mujeres que construyeron nuestra civilización tawantinsuyana, que no tiene parangón en el mundo. Aquí, los procesos civilizatorios de las cuatro regiones tawantinsuyanas se desarrollaron dentro de los Florecimientos Culturales Regionales (FCR), con sus propias características socio-económicas, políticas y culturales, diferentes a los Modos de Producción Europea (MP), que evidentemente tiene su propio proceso de desarrollo y evolución.
En 1492, el ilustre judío-cristiano Cristóbal Colón, a los primeros habitantes del continente abyayalense, los adgetivisó como “INDIOS”. Este adjetivo racista ha servido por centenares de años como instrumento de colonización hispanista y latinoamericano, como un arma eficaz para sojuzgar y despreciar a los primeros habitantes de la hoy mal llamada América Latina-Hispana. Sobre todo, ha servido para negar la identidad pluricultural de las distintas expresiones étnico-culturales del continente. En el territorio Tawantinsuyano, ocurrió la misma conducta racista de los criollos-mestizos, que con el término “indio”, implementaron toda una política colonial que llegó a institucionalizar el genocidio, el etnocidio y el terracidio, que perdura hasta la actualidad (1526-2012).
Los llamados indios, a lo largo de la historia colonial española y republicana han enfrentado violenta y pacíficamente la envestida bárbara (barbudos) de los puka kunkas españoles, por el que se hicieron propietarios del territorio, de los recursos naturales y de los hombres y mujeres kollasuyanos y tawantinsuyanos. El despojo ha sido bendecido por la iglesia católica que benefició al monarca español y sus descendientes hispanos latino sudamericanos en particular. Esta identificación obedecía a la necesidad de consolidar la expansión colonizadora del Vaticano a la cabeza del Papa Bórgia, para lo que se empeñaron en “cristianizar y  castellanizar al indio salvaje”, para acrecentar la grey de Dios y las arcas del rey.
Durante la república (1809-2012), el adjetivo “indio” se ha mantenido en la misma esencia del racismo español, alternándose con el adjetivo menos agresivo, postulado por los mestizos escribientes de la década del 30 del siglo pasado, como consecuencia de la creación de los Institutos Indigenitas Interamérica (III), que tuvo su partida de nacimiento con el Presidente mexicano Lázaro Cárdenas de México. Los criollos-mestizos latino-sudamericanos desde su posición de poder económico y político, emprendieron políticas públicas de asimilación, desarrollando el indigenismo paternalista, para amainar las rebeliones e insurgencias históricas y políticas del pueblo kechua, en contra de los terratenientes, gamonales civiles, clericales y militares que se adueñaron de las tierras comunitarias, ricas en minerales, caucho, guano de islas, gas, petróleo y otras riquezas naturales de los kechuas, aymaras y amazonenses principalmente.
Como se comprenderá, hoy día tenemos expertos que definen quién es “indio, indígena, campesino”, incluso la Nueva Constitución de Bolivia consagra estos conceptos para identificar a los pueblos y naciones descendientes de la gran civilización tiwanakota, donde no hubo indios, indígenas ni campesinos. Lo que ha existido han sido pueblos ancestrales como los lupakas, urus, pukinas, kollas de lengua kechua o aymara, como también los ashaninkas, shipibos, tupiguaraníes, takanas y otros pueblos de la amazonía kollasuyana-tawantinsuyana. Estos pueblos han definido y consolidado sus naciones como resultado de su proceso civilizatorio, que los invasores españoles y latino sudamericanos no han entendido hasta el día de hoy, de ahí que ha sido más fácil asimilarlos al desarrollo socioeconómico y político de los modos de producción clasista europeo.
Ahora bien, a partir de la institucionalización del colonialismo mental republicano observamos, como el colonialismo salvaje de la colonia y de la república han negado y niegan la IDENTIDAD PLURICULTURAL de los primeros habitantes de la civilización tiwanakota-tawantinsuyano, para imponer la identificación social como bolivianos (Bolívar), latinoamericanos, sudamericanos (Américo Vespucio), que hacen coro a las denominaciones de indio (sin dios), indígena (indigente), campesino, proletario, pequeño burgués, burgués (clasificación marxista). De otro lado, adjuntan la denominación de clase alta, media y baja (percepción burguesa) en oposición a la identificación clasista de los dogmáticos marxistas latinoamericanos. Todas estas identificaciones no responden a la definición de la identidad cultural, la pertenencia territorial y a la personalidad etno-histórica de los kechua hablantes, aymara hablantes y los plurilingües hablantes de la amazonía.
Es importante señalar que existe una gran diferencia entre “identidad” e “identificación”, sea esta cultural o territorial con conceptos asimilatorios, recreados por los intelectuales mestizos, que inconcientemente se expresan no pertenecientes a una identidad cultural. Ser latino americano por ejemplo, no es expresión de identidad cultural, mucho menos de pertenencia territorial ni personalidad etnohistórica de los kechuas, aymaras, amazonenses y de otros pueblos que habitan el territorio ancestral tawantinsuyano, hoy colonialmente denominado “Sudamérica”. Lo mismo se puede decir, de lo peruano, chileno, argentino, ecuatoriano, que son identificaciones del terracidio emergente de la guerra de la independencia de los españoles americanos del ochocientos. La república define su identidad colonial como nacionalidad y no como nación.
En Bolivia y Sudamérica no se ha iniciado aún un debate serio, sobre la identidad pluricultural, plurilingüe y plurinacional, como consecuencia de la colonización mental, instituida por los estamentos de la república unitaria. La proclamación de que: “Bolivia se constituye en Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario,…” (Art. 1º de la Nueva Constitución Política del Estado boliviano). Aquí vale señalar que no se esta constitucionalizando el Estado Plurinacional, sino, Bolivia como un “Estado Unitario Social”, que no tendría mayor diferencia que el “Estado-Nación  de Derecho Positivo” de la Bolivia republicana. En consecuencia, ¿Qué diferencia hay entre el derecho plurinacional y el derecho positivo? ¿El derecho romano es sustento del derecho positivo y cuál del derecho plurinacional?, son algunas preguntas para el debate y de esta manera encontrar correctamente el carácter de la sociedad y todo lo que implica descolonizar el Estado desde el Estado. Entiendo que los “especialistas” del tema como Chivi, Alvo y Spedding nos tienen las respuestas, sin embargo, sería importante que los profesionales e intelectuales kechuas, aymaras digan su palabra, en el sentido de sí se identifican como indígenas o rescatan su identidad cultural tiwanakota-tawantinsuyano.

* PhD. Etnólogo-Antropólogo Kechua


viernes, 3 de febrero de 2012

APUS, DIVINIDADES ANDINAS


La religiosidad andina se percibe dentro de tres conceptos: espiritualista, animista con algo de naturalismo. Para entenderlos desde la cosmovisión es pertinente definir al espiritualismo como un  sistema de creencias religiosas andinas inherente al mundo material, es decir natural en sí, esto incluye también a la propia naturaleza. En esta definición cabe el culto a los espíritus que habitan en las montañas y la tierra cuya existencia es independiente de sus hábitats materiales.

La cosmovisión andina como llena de "algo de naturalismo", es decir, como reconocedora de que la realidad natural posee cierta relevancia. Y finalmente el animismo como la concepción de que "todo está animado y vivificado”, es decir que todo lo que habita en la naturaleza está animado, por esta razón se explican los fenómenos naturales como acciones de estos seres divinos.

Así pues la divinidad es consecuencia de un proceso de personificación, mediante el cual se asigna  a los seres de la naturaleza cualidades y capacidades del hombre como son: "…pasiones humanas, naturaleza humana, modeladas según las almas humanas; su sentimiento y su simpatía, su carácter y sus hábitos, su voluntad y sus acciones, incluso su materia y su forma… " 

Etimológicamente la palabra Apu proviene del quechua apu, 'señor(a). Para los Incas es una divinidad o Dios sagrado que puede estar en lugares como una montaña, una laguna o un nevado.

Apu es el espíritu de la montaña, de donde descendieron los ancianos y donde habitan  los antepasados. Desde la antiguedad, los andinos se reconocen como descendientes de los Apus y vinculaban sus paqarinas (lugares míticos de origen) a estas deidades. Todo accidente geográfico tiene su historia y su nombre e incluso hay los que se muestran con rostros. Tienen un significado asociado a una divinidad, de acuerdo con la tradición de la zona andina tutelaban a los habitantes de los valles que eran regados por aguas provenientes de sus cumbres. Teniendo así el poder para controlar los ciclos del agua, determinando el futuro de las sociedades agrícolas. En la actualidad, los mitos sobre dioses-montaña siguen expresando pautas ordenadoras de la vida cotidiana en los Andes.

Pichincha bordeando la ciudad de Quito
El vocablo Apu es usado para designar a los espíritus que habitan en los cerros que bordean las comunidades andinas actuales. Estos apus formaban parte de un sistema religioso que concebía el espacio como un campo sagrado limitado por wakas-hitos. En el pasado, las wakas permitían dividir los sistemas de irrigación en secciones, determinadas por puntos críticos conectados con la autoridad central a través de los seqes. Estas wakas albergaban santuarios regionales, y controlaban diversos recursos animales.

Los Apus junto con la Pachamama sirven para explicar el sentido del mundo y la existencia humana, así como el orden general de las sociedades andinas. Los mitos sobre un Apu necesariamente hacen un llamamiento a otras deidades tutelares con las cuales guarda relaciones de mutua explicación en el complejo sistema religioso. Los lugares donde habitan los Apus no son meros accidentes geográficos, son lugares sagrados que las comunidades indígenas respetan y velan por su conservación y permanencia en la memoria colectiva de sus pueblos. Dependiendo del lugar los Apus también son llamados achachilas, wamanis o jirkas.

Los Apus son considerados  los ángeles de la naturaleza en la cosmovisión religiosa Andina. Son los espíritus de las montañas y viven físicamente en ellas, son encargados de Dios para proteger a los seres humanos, son pastores de los hombres, intermediarios entre el Hanan Pacha (mundo de los dioses) y el Kay Pacha (mundo terrenal). Ellos protegen individualmente a cada ser, pero también lo hacen con un pueblo, una ciudad toda una nación o toda la Tierra.
Entre ellos hay jerarquías: 
  • Apu familiar se llama "Nuna Mitseq"
  • Apu de un ayllu se llama "Ayllu Apu” 
  • Apu de una ciudad se dice "LLacta Apu"
  • de un suyo "Suyuyoc Apu"
  •  el Apu de los 4 Suyos, o las 4 partes del mundo,  se llama “ROAL”.
Los Apus también tienen su versión femenina, estas son llamadas Ñustas, espíritus femeninos que cuidan de los animales y las plantas. Viven también en los cerros, cuando se las invoca aparecen de la tierra mientras los Apus masculinos del cielo. Para Núñez del Prado existe una "estrecha correlación entre la elevación de las montañas y la jerarquía de los espíritus que la habitan".
Testimonios de la época de la Real Audiencia denotan los sexos de algunos Apus: “En la audiencia de Quito, en San Andrés de Xunsci contaban los naturales que el Chimborazo era varón y el Tungurawa hembra; ambos se comunicaban y visitaban mutuamente”.
Tungurahua (Hembra)

Chimborazo (Macho)     
































En la tradición se considera que los Apus son capaces de desplazarse de sus moradas naturales, para presidir ceremonias rituales destinadas a propiciar su protección, y también se los invoca para que acudan a curar enfermos que han sido desahuciados por la medicina occidental. Dan cuenta de esto testimonios recogidos por Gutmann en Pomacanchi  de una ceremonia realizada para llamar al Apu Ausangate, el protector de la ciudad de Cusco. También la vivencia de Elizabeth Jenkins, psicóloga norteamericana, mientras vivía en el Cusco y se iniciaba en el camino de la sabiduría andina. Los hombres se sirven de la t’inka y los “pagos” (ofrendas) para propiciar buenas relaciones con ellos, a su vez, el Apu requería de un “servicio” o atención ritual para cumplir con sus pedidos.

Mesa o altar
Despacho u ofrenda tradicional























Desde varias décadas atrás se han asignado varios atributos a estas divinidades andinas, son considerados como dueños de riquezas, poseedores de yacimientos de metales preciosos, capaces de controlar el rayo, el granizo, la helada, y de fecundar la tierra, favorecedores de la multiplicación del ganado, sedes de oráculos que podían pronunciarse sobre lo pasado y lo venidero, ligados a los ancestros y a los lugares de origen.

Algunos de los sacerdotes que los llaman los pintan con cuerpo de cóndor pero la cabeza de humanos, incluso quienes han estado en mesas para hablar con ellos dicen que sienten su aleteo acompañado de una brisa. José María Arguedas sugiere que los cóndores son Apus que representan a los cerros sagrados alrededor de Ayacucho.

La ciudad de Quito también tiene varias elevaciones que bendicen a su población, la principal es el  Pichincha, a sus faldas se asienta la ciudad y desde tiempos preincaicos fue el lugar donde habitaron las culturas ancestrales. También la rodean Cruz Loma, Itchimbia, San Juan y el Cerro Monjas. Lastimosamente sobre los mitos de estos Apus no hay información suficiente para ser publicada en este blog. Con respecto a dos Apus poderosos se conoce son pareja, incluso se habla de ellos en una crónica que se cita más arriba, se trata del Taita Cotopaxi y la Mama Tungurahua del que se dice su hijo es el Guagua Pichincha.
Itchimbía
Cruz Loma






 














Barrio San Juan















Guagua Pichincha
Fiesta a los Apus de Perú


Fuentes:
  • Elizabeth Jenkins: Iniciación en el corazón de los Andes
  • http://biblioteca.universia.net/html_bura/ficha/params/title/apus-cuatro-construccion-mundo-ciclos-mitologicos-deidades-monta%C3%B1a/id/34694988.html
  • http://es.wikipedia.org/wiki/Apu_%28divinidad%29
  • http://iglesianativa.galeon.com/cvitae1946151.html 
  • http://www.ugr.es/~pwlac/G27_13Daniela-di-Salvia.html
  • Entrada realizada por: Soledad Morales, Cuarto "B" Facso

INTIHUATANA DEL PARQUE ITCHIMBÍA

Cuenta la historia que en el Itchimbía existió un Yata Pajtá (Quitu-Cara) o Intihuatana (Inca), que era un centro ceremonial de íntima relación con el cosmos. También servía de observatorio astronómico porque huata significa  “amarrar al sol” o “descanso del sol”.
ARQUETIPOS.
En este lugar se puede apreciar los opuestos-complementarios a cada lado del Intihuatana con dos fuentes,  una seca que representa la parte masculina y una húmeda que representa la parte femenina. Esto equivale al equilibrio entre los dos complementos de la vida, el hombre y la mujer.












  SIMBOLISMOS:



SERPIENTE AMARU, SABIDURÍA EN EL CIELO Y LA TIERRA.



La leyenda relata que tras una gran sequía, de su hocico salió la bruma que cubre la cima de las montañas; movió sus alas y comenzó a llover y de su cola se desprendió granizo. Amarú permitió entonces el regreso de las aguas, cuando la vida estuvo a punto de extinguirse. Simboliza así la divinidad que distribuye, a través de los canales, el agua que baja de las montañas para regar los cultivos. Los andinos creen, además, que de las escamas de Amarú nacen todas las realidades y los sueños.[1]



Amaru (serpiente en quechua) es fundamental en la cosmología e iconografía andina. Simboliza al agua, la fuerza del rayo, la continuidad, la vía láctea, los ríos, los caminos sagrados, la unión entre el cielo y la tierra. Es un animal que con su fuerza atraviesa mundos, buscando el equilibrio totalitario.
Un ser mítico que es mediador entre la tierra y el sol.

Amaru es símbolo de sabiduría: el pasar por los Pachas le concede el gozo de los conocimientos tanto del Jawa (Hanan) como del Uku, lo que también se puede decir como que ese viajar entre los espacios le concede el privilegio o la virtud de poder “ver” lo oculto para sacarlo a la luz.

Para el entendimiento judeo-cristiano la visión que se tiene de la serpiente está ligada al mal o al demonio. En la Biblia, la serpiente es un animal maléfico, portador de la desgracia, es por su culpa que Eva cae en el pecado al recibir el fruto prohibido, y es por consumir de ese fruto que la humanidad entera nace con ese “pecado original”. 




En los Andes, los conceptos de espacio y tiempo están representados en un único término, pacha. Pacha, precedido o seguido del término adecuado, puede dar lugar a la determinación de lugares, la delimitación de fases históricas o  la expresión de presente pasado y futuro. Es decir, presenta la facultad de aunar lo estático  y lo dinámico, posibilidad que no existe en la cosmovisión occidental-católica. [2]

1. Hanan Pacha (mundo de arriba, celestial o supraterrenal. En la tradición andina se definió al Hanan Pacha como el mundo superior donde habitaban los dioses como Viracocha o Wiracocha, Inti, Mama Quilla, Pachacamac, Mama Cocha, etc.

2. Kay Pacha (mundo del presente y de aquí): en la cosmovisión andina, Kay Pacha es el nombre del mundo terrenal, donde habitan los seres humanos y pasan sus vidas.
3. Uku Pacha (mundo de abajo o mundo de los muertos): en la mitología andina, Uku Pacha era el mundo de abajo o mundo de los muertos, de los niños no nacidos y todo lo que estaba debajo de la superficie de la tierra o del mar. Las fuentes, cuevas u otras de las aberturas de la superficie terrestre eran consideradas líneas de comunicación entre el Uku Pacha y el Kay Pacha.


 EL MITO DE AMARU

En la cosmología Inca, Amaru es Anaconda, la serpiente del agua. En su esencia van asociadas nociones centrales de esta cosmología, tales como ancestros, cielo, tierra, ríos, quebradas, lluvia, canales de riego, piedras, cuevas, fertilidad y procreación.

Distintas fuentes de cronistas mencionan la importancia de Amaru y su papel en la cosmología Inca.  Se indica que los Incas descienden de amarus y serpientes, siendo éstos, por lo tanto, considerados como ancestros de los Incas.

En un relato de Santacruz Pachacuti Yamqui[3] acerca de un acontecimiento milagroso ocurrido en la época del nacimiento del Amaru Topa, hijo de Pachacuti, nacido en Vilkas. Se refiere a la aparición en el cielo de un animal mitad dragón mitad serpiente, que viajó por el aire desde las montañas de Pachatusan sobre Yungaypampa hacia Senqa, delimitando de esta manera el Cuzco. Así a Amaru Topa Inka le fue dado no sólo su nombre por este evento, sino también las tierras que estuvieron asociadas al mismo. Estas tierras, ubicadas al norte del Cuzco tienen características importantes relacionadas con el concepto de amaru: siempre dan buena cosecha porque están permanentemente húmedas y están sobre la frontera entre Chinchaysuyu y Antisuyu. Esta última región (la más húmeda de los Andes) estaba relacionada con el culto a la serpiente.

Truenos, lluvia, agua y fertilidad

El concepto de Amaru está estrechamente vinculado con los conceptos de humedad y agua en todas sus formas: truenos que traen lluvia y su transformación en ríos que finalmente serán utilizados a través de canales de irrigación para fertilizar las tierras de cultivo. Las características de los ríos y quebradas, con sus formas lineales y ondulantes, bien pueden estar relacionadas con el concepto de Amaru, como una similitud con los movimientos y la forma de la serpiente. Lo mismo puede decirse de la similitud formal entre los rayos y los movimientos y formas de las serpientes.
Así, Amaru como ser mítico es concebido como la serpiente que vuela por los aires, causa truenos y rayos en las tormentas, trae agua del cielo bajo la forma de lluvia y se transforma en ríos y quebradas. De esta manera, dadas sus características, este ser une el cielo y la tierra, trayendo fertilidad.

Tomado de: Incas y españoles a la conquista simbólica del territorio Humahuaca: sitios, motivos rupestres y apropiación cultural del paisaje. Boletín del museo chileno de arte precolombino Vol. 11, N° 2, 2006, pp. 9-34, Santiago de Chile.

LA CRUZ Y LA SERPIENTE

La llegada de un Cristianismo agresivo e inflexible confirmaba que la sumisión de los pueblos andinos a sus nuevos soberanos coloniales seria reforzada por lo que ha sido llamado sugestivamente "la colonización del imaginario";  Así, el paso de la serpiente a través de las llamas fue interpretado según el simbolismo cristiano (la identificación de la serpiente con el Diablo), como parte de un proceso mas amplio, mediante el cual las manifestaciones indígenas de lo sobrenatural eran canalizadas hacia un nuevo discurso cristiano de lo diabólico. Pero, aunque tanto españoles como andinos reconocían la resonancia sagrada de esta historia, no le atribuían la misma significación: un símbolo religioso puede ser compartido por dos grupos de personas y, sin embargo, significar algo diferente para cada uno de ellos. La serpiente ha sido siempre un símbolo poderoso, tanto en la cultura andina como en la cultura europea. Pero, si para los cristianos la serpiente encarna las fuerzas del mal, para los andinos representa el AMARU, una fuerza destructiva surgida de las entrañas de la tierra en un intento de reconstruir la estabilidad cuando no se mantiene una relación de equilibrio en el universo social y natural. En consecuencia, según la lectura andina del acontecimiento citado, la manifestación del Amaru da fe, no de la derrota de las fuerzas satánicas sino, al contrario, de la revitalización del mundo sobrenatural nativo.

Pues, de igual manera que la sumisión de los nativos andinos al poder español no había destruido el entramado de la sociedad Indígena, tampoco la humillación de la religión tradicional por los emisarios del dios cristiano significó la aniquilación de lo sobrenatural andino. Ciertamente, la experiencia de la derrota trajo como consecuencia un desorden sin precedente dentro de la esfera nativa de lo espiritual; la serpiente no salió incólume de su paso a través de las llamas de la persecución cristiana. Pero tampoco quedó reducida a un humeante montón de cenizas. En efecto, la religión nativa quedé posicionada en relación al cristianismo en gran medida de igual manera que lo estaban los nativos de los Andes en relación a los españoles: subordinada pero no eliminada. Sin embargo, mientras que el sometimiento nativo al gobierno español no podía ser derrocado fácilmente, la esfera de lo sobrenatural podía suministrar un campo de batalla en el que los andinos podrían desafiar a sus opresores. De hecho, la respuesta de lo sobrenatural andino al reto del cristianismo iba a adoptar la forma de una compleja dicotomía de sumisión y resurgimiento.

Tomado de: Nicholas Griffiths: La cruz y la serpiente. La represión y el resurgimiento religioso en el Perú colonial, Fondo Editorial de P. U. Católica del Perú, lima, Perú, 1998.

Recopilación bibliográfica: Mijail Sarzosa, Facso.





[1] Mailer Mattié: Los Andes, una cultura del agua:

[2] Óscar  Arce  Ruiz: TIEMPO Y ESPACIO EN EL TAWANTINSUYU: Introducción a las concepciones espacio-temporales de los Incas, Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas | 16 (2007)

[3] Se sabe por él mismo que fue natural de Santiago de Hanan Guaygua y HurinGuaygua Canchi de Urcosuyu, entre Canas y Canchis Collasuyo. Descendientede los caciques de dicha región. Hijo de Diego Felipe Condorcanqui y de doñaMaria Guayrotari, recalcando que todos sus antepasados paternos y maternosfueron bautizados en la fe católica.Hacia 1613 escribió su Relación de Antigüedades de este reino del Perú,crónica que narra la historia de los incas hasta la conquista. Lo que diferencia aPachacuti de otros cronistas es su mentalidad. Si bien es un hombre andinocristianizado, su narración mantiene las estructuras lingüísticas quechuas.Inclusive los pocos dibujos que posee esta crónica muestran la forma andina"geométrica" no figurativa de concebir al mundo.