Por: Soledad Morales
¿Cuántas veces caminamos o transitamos por la avenida Maldonado?, seguramente antes de empezar a leer esto algunos pasaron por ahí, sin embargo, se han preguntado ¿Qué fue antes esta avenida?
La Avenida
Maldonado es la puerta de entrada al sur de Quito, desde el Centro histórico,
empieza en la Calle Rocafuerte y atraviesa varios barrios importantes del sur
de la ciudad como son: La Recoleta, San Sebastián, La Colina, Chimbacalle,
Villaflora hasta Guajaló y Guamaní. Además, a lo largo de su extensión se
ubican construcciones representativas de Quito, por ejemplo: el Ministerio de
Defensa, el puente sobre el río Machángara, la estación del tren Eloy Alfaro en
Chimbacalle y otras, que seguramente
recordaron. Actualmente esta avenida es una de las principales arterias del sur
y constituye el eje longitudinal de la ciudad.
Al
retroceder en el tiempo, encontramos que en la época colonial se conocía a esta
avenida con el nombre de “Calle del Mezón”, según el libro QUITO: significado y ubicación de sus calles, la llamaban así porque constituía la entrada sur de
Quito y en ella se instalaron los primeros hospedajes. También fue conocida
como “Calle Larga” ya que desde la plaza de Santo Domingo se observaba un
trazado a lo lejos.
Avenida Maldonado en sus incios, tomada de Flickr.com |
Calle del mezón, tomada de quitoantiguofotos.blogspot.com |
Sin
embargo, su historia no empieza ahí. En el Plan
especial Chimbacalle, publicado por el Municipio de la ciudad en 2002, se
menciona que la actual avenida Maldonado
se conocía como “vía o camino que venía del Cuzco”. En el Plan...citan las crónicas de Luciano Andrade Marín sobre la ciudad
en las que se habla de la existencia de un camino que venía desde el sur y
pasaba por el actual barrio de Chimbacalle, “el camino de los indios llegaba a
la base de El Panecillo y lo circundaba por la falda oeste (....) este camino
había sido el más favorito de los indios, porque como carecían de caballos para
vadear mayores ríos se evitaban así el paso del Machángara y los peñascos y
breñas de Chimbacalle”.
Eliécer
Cárdenas, en su libro Quito a través de
los siglos, menciona que el plano de la ciudad hecho en 1573 está
acompañado de una descripción anónima en la que se lee: “Calle Machángara.
Viene del Cuzco el camino”, a pesar de esto, no se encuentran datos
significativos al respecto.
Desde una
perspectiva arqueourbanística, Diego Velasco, en el artículo Un recorrido al distrito en 40 paradas
publicado por la Revista Q en julio del 2013, afirma que en la ciudad confluyen
cuatro ejes de poder que corresponden con cada una de las principales
elevaciones que rodean a Quito. Estos componen una especie de malla radial de
ejes electromagnéticos cuyo centro es el Pichincha. La avenida Maldonado es la
proyección, en la ciudad, del volcán Cotopaxi.
Pero, ¿cuál
es la importancia de esta avenida? De acuerdo con Patricio Andrade, vocero del
Colectivo Chimbacalle por el puente de piedra, por la
Maldonado, como conocen a la avenida los quiteños, pasaba el Collasuyu, camino
que era parte de la red vial del incario conocida como Qhapaq Ñan. Andrade dice
que este camino empezaba en la actual Plaza Grande, pasaba por la Plaza de
Santo Domingo, seguía por la Maldonado, hasta el sector que se conocía como
Pillcokancha, para continuar por la actual calle Alpahuasi hasta la Loma de
Puengasí y conectarse con el Valle de los Chillos.
Pillcokancha,
corresponde al actual barrio de Chimbacalle. Andrade menciona que significa el
espacio donde se elige a la Coya o esposa del rey, ya que proviene de dos
vocablos kichwa que son kancha, que
significa espacio abierto y pillco,
que designa las plumas de colores usadas como ofrenda en la elección de la
Coya. Este nombre se mantuvo para designar al actual barrio de Chimbacalle,
hasta que en la época de la Colonia cambió su nombre a San Juan de Machángara.
El
camino andino Qhapaq Ñan es declarado
Patrimonio Mundial
Mapa
Qhapaq Ñan, Infografía tomada de El Telégrafo
El 21 de
junio de este año el Qhapaq Ñan, red vial de los Incas, fue incluido en la
Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco. En el texto Tejiendo los lazos de un legado. Qhapaq Ñan - Camino Principal Andino, publicado
por la Unesco en el año 2004 en el Perú, se menciona que este camino es la obra tecnológica más
importante de la América prehispánica.
Qhapaq Ñan
viene del quechua, k’apah o kkhpakk que significa cabal, exacto o
justo, mientras que Qhapaq ñan significaría “Ruta o Camino de los Justos”,
también conocido como “Camino principal”,
“Camino del Inca” o “Camino de los nobles y santos”. Constituye una
construcción de, aproximadamente, 33.000km, los cuales recorren desde el sur de
Colombia hasta el sur de Chile y Argentina. Su trazado se ubica en la geografía
montañosa de los Andes.
Javier
Lajo, en su libro Qhapaq Ñan. La ruta
Inka de la sabiduría, muestra que su valor no es únicamente arquitectónico,
sino que es el mítico túnel o chinkana que uniría las ciudades prehispánicas
con un conocimiento o “sabiduría subterránea”.
Para este
investigador, el valor del Qhapaq Ñan radica en ser una crítica a la visión racional
de la cultura dominante, es decir, es una crítica a la cultura occidental. Por
lo tanto, su valor radica en permitir descolonizar el pensamiento de los
pueblos andinos, a la vez, permitir la búsqueda de la equidad, el equilibrio de
la vida y restablecimiento de los vínculos originarios con la naturaleza que
perdimos por estar inmersos en una sociedad capitalista, que se caracteriza por
el consumismo y el desecho. Menciona que más allá de ser una vía inca es nuestro
camino a seguir, para lo cual debemos buscar nuestro par y orden cósmico,
siguiendo los principios de reciprocidad, proporcionalidad y complementariedad,
ya que el Qhapaq ñan es el resultado de la relación proporcional de dos seres
(hombre-mujer, agua-tierra, aire-fuego, ser humano-naturaleza) que da como
resultado el equilibrio.
Lajo
plantea la interrogante ¿Es el Qhapaq Ñan el “gran camino” que nos muestra la
‘ruta’ de la sabiduría y del conocimiento de la cultura andina, en América?
Ante la cual, quienes se preocuparon por declararlo Patrimonio Mundial
desconocen la respuesta y promueve una conservación para preservar únicamente
la construcción, lo visible y superficial. Por lo tanto, dejan de lado esta
sabiduría y reniegan del conocimiento primordial de los pueblos que habitaron
los Andes. A través de este texto se pretende reivindicar su valor ‘oculto’ y
despertar el interés en el lector por encontrar su equilibrio en la paridad,
opuesta a la individualidad capitalista.
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