Existen un sin
número de prácticas, “recetas" y brebajes para lograr una conquista y
despertar el amor, como si tal sentimiento pareciera naturalizado, consta en la
tradición popular desde los "sígueme-sígueme", el "agua de
calzón", el "polvo de uñas", etc., para lograr el
"amarre" de esa persona. Hoy recordaremos y pondremos también alerta
al Chamico, una planta silvestre con la que todos alguna vez nos hemos
tropezado.
El chamico es
una planta herbácea que crece espontáneamente en la Sierra ecuatoriana y, en
general, en el área andina. Pero con igual nombre vulgar hay otras plantas
psicoactivas desde México hasta la Patagonia. Se trata de la especie Datura talula;
es rica en escopolamina, hioscina, atropina .Y otros.alcaloides: Chamico es
palabra de origen quichua y etimológicamente significaría la "enloquecedora". Los alcaloides
del chamico actúan sobre el sistema nervioso central y es posible que,
efectivamente, produzcan ciertos efectos afrodisíacos, pero con un pequeño
exceso de dosis ocasionan una grave intoxicación.
Hay numerosos
mitos y tradiciones en torno a esta planta, pero la mayoría hace referencia al
despertar pasiones amorosas, o un loco enamoramiento. Una de las tradiciones
quiteñas es la de enchamicar. Cuando la precavida madre descubre un buen
partido para su hija, organiza una fiesta a la que invita al candidato, quien
es objeto de especiales atenciones de parte de madre e hija, hasta que la
experimentada señora pone un poco de chamico en la copa de licor que ofrece al galán
y éste queda profundamente enamorado de la joven, doncella o no.
Cuando la gente
aprecia que un joven anda perdidamente enamorado de alguna muchacha, dicen: "Le
han dado chamico". Si ven una pareja muy juntitos y en arrullos, la gente
exclama "qué chamico". A estas tradiciones corresponden ciertas
coplas populares como la siguiente: "Que te han dado chamico / no cabe
duda / es hechicera / la india trompuda".
Según un mito,
dos muchachas jóvenes suplicaron a una deidad favorita que les diese algo con
qué conseguir que un joven del gusto de cada una se enamorase de ella, antes de
que los padres tomaran la decisión definitiva. La deidad, compadecida de las
muchachas, les dijo que ella misma se convertiría en una planta con la cual las
jovencitas podrían obtener el amor de sus efebos; se convirtió en chamico.
El Inca Garcilazo de la Vega, en su obra Comentarios
Reales, se refiere a la muerte por intoxicación de don Diego de Rojas,
envenenado probablemente con chamico, así: "Muere rabiando, comiéndose las
manos a bocados y dando cabezazos por las paredes". También Pedro de
Alarcón, compañero del conquistador Pizarra, fue dado a beber el licorafrodisiaco, ofrecido
por una guapa india capullarca, y no faltaron tampoco frailes intoxicados
durante las primeras épocas de la Colonia, debido a que las doncellas indias, desconociendo
que la religión católica prohíbe el connubio a los sacerdotes, les daban fuertes
dosis de chamico en busca de su poco accesible amor.
Ahora que sabes de qué se trata la práctica de "enchamicar", mantente alerta o sospecha si tu amor con aquella persona a la que tanto cuidas, acaso, fue espontáneo o producto de algún brebaje. Uno nunca sabe...
Fuente: Naranjo, Putarco (2012), Mitos, tradiciones y plantas alucinantes, UASB, Quito.
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