"La crónica periodística es, en esencia, una información interpretativa, valorativa de hechos noticiosos, actuales o actualizados, donde se narra algo al propio tiempo que se juzga lo narrad (...) se trata de narrar los hechos a través de una subjetividad; de colorearlos con nuestra propia apreciación, al tiempo que se van narrando; de fundir relato y comentario en la misma frase."
«Pudiéramos intentar un resumen de los principales rasgos de la crónica, en cuanto a forma y contenido:
Estilo libre, en el que lo
objetivo y lo subjetivo se complementan; el núcleo es el hecho noticioso, la
información que le sirve de base; la forma es informativa y narrativa,
aproximándose al reportaje por la exposición de los hechos y al artículo por el
juicio personal del cronista; no hay que atenerse a un orden descendente de la
información; la narración requiere gracia, es decir, cierta dosis de imaginación,
agudeza, detalle y colorido; el comentario puede aparecer expreso o elíptico,
pero siempre soldado a la propia información, no añadido a ella; el autor
aparece personalizado; incluso puede narrar en primera persona; se impone, por
lo general, la frase corta y el párrafo breve; el ritmo es rápido; el
vocabulario es más rico, trabajado y pulido; admite un grado superior de
elaboración literaria, con empleo de recursos estilísticos como la metáfora, el
símil, la hipérbole, e incluso cierta dosis, muy medida, de lirismo; su
objetivo es iluminar determinado hecho o acontecimiento con una visión que
subraye su trascendencia, su significado, pero sin acudir a una argumentación
rigurosa, formal, directa, sino mediante la descripción de la realidad misma,
de algunas pinceladas valorativas y del manejo de factores de tipo
emocional..."[1]
[1]
Acerca de la crónica periodística, Miriam Rodríguez Betancourt. 1999. Disponible
en línea: http://www.tvcamaguey.co.cu/phocadownload/Periodismo/acerca%20de%20la%20cronica.pdf
No hay comentarios :
Publicar un comentario